Tantas miradas perdidas y tantos silencios vacíos me están haciendo más daño del que pensaba.
Ya casi no recuerdo el sonido de tu risa, que me hacía tocar el cielo
estando con los pies en la Tierra.
Cuando pensamos que nacimos para
estar juntos, todo eso acabó.
Y yo ya no encuentro más razones para
seguir.
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