Nada se compara al dolor que me produces, recordándome que sigo viva, a mi pesar.
El deseo de vivir y de morir es tan fuerte que confunde mi realidad.
Me arrancas el aire de los pulmones, haciéndome respirar de nuevo.
Haces que quiera esconderme y que me veas al mismo tiempo.
No sé si me haces más fuerte o más débil.
Y es que, para bien o para mal, no puedo evitarlo,
me sientas diferente.
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