18 de junio de 2012

Ahora sé que eran buenos tiempos.

Mirando las hojas caer en distinta estación, las gotas resbalando por la ventana de mi habitación y yo gastando mi tiempo en empañar mis ojos con lágrimas que no sirven de mucho. Vacío permanente en mi corazón. No siento nada, no hago nada, no digo nada aunque hay algo gritando en mi interior. No hay razones, no hay nada que te haga seguir y demasiadas que te lo impiden. Sigo viviendo, pero sin vivir en mí. Sigo pensando, quizás demasiado, en ti. Y sigo muriendo cada día un poco más, con tantas cosas dentro de mí, deseando salir, volar, ser libres, tocar el cielo. Tantas emociones juntas que acabarán rompiendo cada parte de mí, porque no soy lo suficientemente fuerte para aguantarlas, o para dejarlas salir.

10 de junio de 2012

Hope you enjoyed missing me.

Aparecen en tu mente esas estúpidas preguntas otra vez; ¿Y si hubiera hecho esto?, ¿y si hubiese dicho la verdad?, ¿y si hubiera sido valiente?, ¿y si hubiese sido yo misma?, ¿y si...?
Suele pasar, tomamos una decisión, en vez de pensando en nosotros mismos, pensando en los demás. Después de un tiempo te arrepientes de no haber hecho o dicho lo que en realidad querías y, en vez de eso, haber hecho caso a los demás. Te das cuenta de que ya no hay otra oportunidad, de que no hay marcha atrás. Que la oportunidad pasó y que, probablemente, no volverá jamás.
Somos humanos, y como tales, no somos capaces de asimilar algo así. Y una y otra vez, nos preguntamos qué hubiera pasado si hubiésemos escogido la otra opción.
Puede que con el tiempo no nos dejemos influenciar y seamos capaces de ser nosotros mismos y, sólo entonces, tomaremos nuestras propias decisiones.

3 de junio de 2012

Y dejar de recordar para empezar a vivir.

A veces la vida da giros inesperados, a veces te da la razón, dirigiéndose a donde tú quieres, otras veces te lleva la contraria. Pero está claro que es imposible saber qué nos espera mañana.
Y últimamente mi destino está caprichoso, se ha empeñado en hacerme recordarte, y no de una manera sutil, no. Vuelves al lugar donde empezó todo, no hace falta decir dónde, sabes cual fue el principio. Estás ahí, enfrente mía, mirándome, otra vez, en el mismo lugar. Y yo preguntándome qué haces aquí, qué es lo que quieres. Es extraño como no puedo apartar la mirada de ti. Me siento inmóvil, sin saber que hacer.
Hay algo inexplicable que no quiere dejarte ir de mi vida, que quiere que nos encontremos una y otra vez.
Y yo empeñándome en que esto no puede ser así, que debe haber otra manera, que puedo elegir mi propio final.
Porque yo no quiero que estés aquí, quiero que te vayas, anque sé que me arrepentiré.
Cada vez que logro olvidarte, aunque sea un momento, apareces delante de mi, con esa sonrisa con la que pareces reirte de todo, porque nada te importa demasiado como para hacerte sufrir.