24 de octubre de 2012

Perdida.


Nos sentimos frágiles pensando que quieren dañarnos y ya estamos al límite, al borde del vacío. Y con una suave brisa estallamos, nos rompemos en mil pedazos, como una pompa de jabón con el más leve contacto. Entonces me gritas y yo rompo a llorar. Durante un momento ya no sabemos quién grita y quién llora. Nos distanciamos más y más, sin poder evitarlo ni pararlo.
Y luego nos volvemos a encontrar, como si nada hubiera sucedido, pero todo ha cambiado. Comportándonos como extraños, vuelve a pasar. Vuelve a encenderse esa luz en los ojos y nos volvemos a entender con miradas. Y aparece de nuevo esa sonrisa que tanto extrañaba.
 Nos rompemos, nos distanciamos, nos sonreímos, nos acercamos. Y todo vuelve a repetirse, una y otra vez. ¿Por qué tienes qué hacerlo todo tan difícil?

No hay comentarios:

Publicar un comentario